Cuando era pequeña y después del día de Reyes,al colegio nos dejaban llevar los juguetes que nos habían dejado los Reyes,de ésto hace muchos años, pero recuerdo nítidamente llevar a mi Güendalina que era más grande que yo,andando al lado de una tapia y mi muñeca se me doblaba por la cintura,yo la ponía derecha con gran trabajo y otra carrerita hasta llegar al colegio,era la muñeca más bonita de todas las que llevaban mis compañeras ¡y la más grande! que contenta estaba yo con mi gran muñeca y la admiración y la "envidia" que despertaba entre mis amigas.
No es, ésta preciosa Güendalina,pero era igual de nuevecita y yo la niña más féliz y orgullosa.
Mi nueva princesa es un primor,me enamoré de ella al primer vistazo,tan nueva,con un traje muy elaborado y poco o nada visto,su sombrero,sus largas pestañas y ese brillito en sus ojos tan dificil de encontrar,no ha necesitado más arreglo que algo de plancha y un lavado de peluca para que quedara reluciente.
Quiero agradecer a mi querida amiga Begoña López,maravillosa restauradora de muñecas, el haberme proporcionado éste pellizco de felicidad,gracias querida amiga.
Todo su atuendo es de origen incluyendo sombrero y accesorios
Su traje por detrás